Siempre en la vida es muy importante saber escuchar, especialmente en el oficio de maestro. Si un alumno habla, hay que dejarlo hablar, porque en el río de sus palabras se puede encontrar la explicación e incluso el origen de muchos de sus procederes. También los silencios y las inhibiciones constantes son motivo de alarma, pero el que se expande y te cuenta hasta lo no escrito, primero te muestra sus estados y la confianza que te has ganado, y puedes conocerlo mejor... y ya se sabe, si no lo conoces, no puedes educarle, evidentemente.
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