Los jubilados llevan su ración de pan a los peces, allí discuten, como ex lobos de mar, sobre las clases que hay de los que salen a comer. Incluso alguno se ve en la barca venciendo temporales y llegando a puerto con la pesca milagrosa conseguida. Más allá, unos jóvenes que parecen marroquíes, intentan pescar poniendo gusanos vivos en el anzuelo. El sol aprieta... sigo andando por el muelle, donde están los yates de los jeques, los de ahora son menos espectaculares, pero brillan de limpieza y blancura, huelen a ricos. Mientras, una tórtola, rama en pico, va aderezando su nido en la copa de una palmera que preside una plaza, mirando al mar…
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