El río, tanto tiempo seco,
se pobló de matorral sediento,
pero el otoño lo llueve raudo y generoso,
y ahoga las hierbas semisecas y olvidadas.
Ahora los chopos que anidan
los últimos suspiros de los trinos,
se miran en sus aguas, pronto cristalinas,
cuando hayan limpiado las suciedades,
y convertido en cantos rodados,
todas las piedras de las cumbres…
El río, ya parece un río...
y mi otoño largo, amortece y emociona.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada