La muchacha tiene una belleza clásica,
se contonea bien, con el exceso justo,
y el manifiesto apropiado a su edad...
Va andando sola, despacio, como sin querer,
habla, posiblemente por un manos libres
que cuelga de su mini cintura...
Se ve feliz, sonríe y su cara se embellece aún más,
y la sonrisa se hace risa, y se para y se sienta,
en mi banco, y habla en propiedad,
pone horario a la cita cercana,
se levanta seria y se va pensando...
hacia otro banco, hacia otro bosque,
hacia otra sonrisa que la espera ansiosa...
de recuperar la risa que se perdió
por momentos de reflexión de otros pasados.
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