Mojan las montañas de carbón,
y parece ser que lo hacen con agua salada,
que luego blanquea en sal,
además las gaviotas también revolotean
y dan como vidilla al puerto.
El sol penetra por el riego de aspersores
y forma un arco iris, cual hilera de luciérnagas...
internándose por el intenso azabache del carbón.
Hay barcos en espera y a la orden,
y una patrullera de la guardia civil
parece que persigue a alguien que no cumple...
las últimas normas de las cuatro millas.
El paseo en bici por la escollera...
siempre es muy distraído y sano.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada