son como versos al sol que iluminan la noche.
Me encanta ver como hablan tus ojos
y cómo asiente tu sonrisa y tu posición receptiva,
y tu cabello ensortijado donde jugarían mis dedos
mientras te cuento con mis músicas...
lo bien que se ve la claridad de tu noche.
Me placen tus manos que no italianizan,
y acarician suave, y transmiten firme.
Me encantan todas las manifestaciones...
de tus silencios más preciados,
que amanecen espontáneos
con tu despertar tan primaveral.
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