dijous, 25 de maig del 2017

Preciosa vecinita


En el ascensor, he coincidido con abuela, carrito y niña. Unos ojos enormes, de no menos enorme, dulzura, y una sonrisa tan dulce que para sí quisiera la miel de los mejores romeros, un lacito rosa en la cabeza, aún sin mucho pelo, y unos pendientes pequeñitos a juego. ¡Qué cosita más bonita! Comento que está como para comérsela, a besos claro, y para gozarla cada segundo que luego vuelan, ley de vida, según dicen...

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