Y te observaba desde todas las distancias,
tú no lo sabías y te daba las notas más altas,
y tú sin enterarte... y suspiraba en progresión,
desde la sombra, y tú no me veías…
Era el admirador desconocido, y tú la flor natural
que sobrevive a todas las primaveras…
Y yo siempre recuerdo el brote verde, tierno,
cierto, tímido, que te penetra raudo y en silencio,
y tú... tú ausente, en mis rocíos de luz.
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