A mis nietos nunca les hablaría de princesas encantadas,
de vivir en una nube sin suelo,
ni de príncipes, más o menos azules...
que se auto fulminan por las inmensidades de mares y cielos.
Les contaría sobre la esperanza verde en lo auténtico,
en la verdad del corazón, en la razón, en el conocimiento,
en la dignidad, aquella que no se comercializa,
en la mirada a los ojos y en el apretón de manos.
Les hablaría de familia, amor, respeto, suelo...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada