El procuraba estar cerca, hacer manar su simpatía innata, incluso su sentido común más natural y más convincente. Ella le reía las gracias, se dejaba querer, incluso le tomó como amigo, confidente, consejero. Parecía que la cosa iba bien encaminada, parecían estar a gusto, pero... el amor, a veces, es otra cosa, va más allá de los respetos y las correspondencias… llega, se instala y es incontestable.
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