un año igual de lúcido sosiego,
de paz en vuelo por los infinitos,
en el más allá más lejos...
de la razón y razonable existencia.
Lo sublime del estar y saberlo,
tabla de flotación, consenso no pactado,
natural, paz a dúo, descanso sin guerra,
el silencio de la felicidad que cabalga en caballo,
danzando en pasos de música de eterna primavera.
Otro año, otro ayer, otro hoy,
donde la fuente mana mariposas
que salen de nosotros y se van juntas...
a libar por los viñedos y hacer de sus vidas,
una verdad de vinos y flores,
mientras el sol aplaude y el mar se pone tibio,
y hace rosas blancas de su espuma bravia…
Te miro y me sigo llenando de ti,
es como si me alimentara en porciones
y así no verme nunca...
en un exceso de lo sublime de tu exquisitez.
Teresa cumple años, pocos...
parece que resta, y yo con ella.
Siempre joven nuestro amor, eterno,
como si fuera un contrato indefinido
que se renueva automático,
ante el placer de las partes.
¡Que cumplas muchos más y yo que lo vea,
...mejor que lo viva contigo! ¿verdad?
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