Las flores compiten, a cual más bella… la competencia siempre, incluso en la educación. Cuanto más preparado, más posibilidades tendrás de acceder a los escasos puestos de trabajo que se ofrecen. Competir, llegar primero, ser mejor que el otro, el líder, el as, el campeón. Claro, a los alumnos no puedes contarles que la corrupción, instalada en el poder, compra y vende cargos e ilusiones a cambio de votos y dineros, y parece que lo serio y lo sano sea educar para la competencia, para la guerra, para que puedan mantenerse las desigualdades sociales, pobres al servicio de los pudientes para que estos sean cada vez más ricos, y los pobres más pobres. Es lo que hay, nada más…
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