Háblame de surtidores naturales de agua fresca,
en un bosque agradecido, de los brotes tiernos de la menta,
de las rosas que, pese a todo, aún huelen a rosa…
Háblame de primaveras de mayo y de la lluvia fina
que riega que alimenta…
Háblame de las mañanas, las mejores del año,
para dormir y soñar en felices despertares con amor al sol.
Si quieres, hablamos a la vez, mientras contemplamos
las corrientes aguas de un río que besa nuestros pies,
luego el verano, el agua, la del mar,
nos acariciará del todo, con su abrazo habitual...
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