Tengo la paciencia del pescador de caña
y el tiempo de quien se ha puesto límites posibles
después de haber vivido las reglas
de lo accesible para la honradez.
Tengo la paciencia para conmigo,
con la generosidad del mejor amigo,
y el tiempo completo para la reflexión profunda
del hacer diario, igual y diferente,
porque diferente podemos hacer todo lo igual,
y igual es el final que a todos nos espera.
La humedad de las hojas me penetra y toso…
Tengo la paciencia y el tiempo,
tengo los otros aspectos de la vida
y voy restando círculos concéntricos
al tremendo árbol de la existencia, quedan pocos…
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