Hay personas que tienen una personalidad tan acusada que, a su paso, parece que hay vuelos de pétalos que anulan los demás aromas. Incluso sin proponérselo arrasan en el arte del estar y del decir y de dar luz a los entornos. Este tipo de gente, que no tiene por qué ser perversa, hace que algún lucero posible viva en la sombra de algún amanecer sin concretar, y pasa desapercibido hasta acabar anulado. Delante de la luz se acomodan, se desactivan, y ya no crean ni construyen, como mucho acompañan. Y les hablo de cosas sin maldad, casi como un fenómeno natural, pero estaría bien controlar, como dicen ahora, los efectos colaterales…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada