Tu educada amabilidad sensible
me regaló una sonrisa fina,
y yo me lo tomé por la tremenda,
se iluminó el día y se me encendió el alma,
y, a pesar de todo, pululé en discreto encanto,
cercando tus jardines,
contemplando tus flores en disimulo,
esperando el momento del buen tiempo,
para corresponder a la invitación
que, así entendí, me hizo tu sonrisa fina…
Hoy los senderos que surcan tus paseos
visten de novia la belleza natural,
hoy hay encuentro de deseos en fiesta mayor,
llueven luces de colores, las hojas musiquean,
y todos los cielos alucinan de lunas y estrellas…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada