Como salido de un rebote, rebotado,
más bien de un coma etílico...
más bien de un coma etílico...
al que le sumergió su eterna adolescencia,
pulula por los andamios de las cercanías de la razón,
perdido y ofuscado, porque en su apuesta al todo o nada,
salió la peor vía... una cruel indiferencia.
La comprensión, el abrazo levantador, la palabra amable,
el acompañarle en el sufrido sentimiento,
le causaron los efectos contrarios al propósito original.
Y mira que son sinceros los pésames,
tanto como falsos los elogios para el éxito.
Te queda poco, la vida te enseñará a entenderla,
y lo harás poco a poco, a golpes de experiencias cotidianas…
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