Te amaba desde mi nube lejana,
te mandaba silencios en forma de estrellas
que nunca estallaron…
Me gustaba todo de ti, incluso tú,
la luna me guardaba los secretos,
y vivía la satisfacción de los principios,
la ternura de las dudas,
el sabor de la clorofila de la esperanza.
Un día caeré, mejor en forma de rocío...
que de lluvia torrencial, y así sin enterarte,
apreciarás el sabor de la suavidad sincera.
Porque... me gusta todo de ti, incluso tú,
sobretodo tú, tú, tú… entera y para siempre,
como piensan los amantes primerizos,
hasta el fin de los mundos y de los siglos,
así sea…
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