Confieso que a veces soy un poco chafardero, se me escapa la oreja y me entero, eso creo, de películas que nada deberían importarme. Será que mi visión, no es de lince precisamente y por eso oigo incluso lo más fino y distante. En una terraza, un padre joven y una hija:
- Hija, ¿verdad que estás bien conmigo?
La niña, sin mirarle, no responde. Su mirada es triste. Retengo un poco el paso, pero no dice nada… Prosigo, y se me ocurren mil finales felices para esta historia, pero me temo que huele a matrimonio separado, y los niños son los únicos que no entienden estas situaciones, sobretodo si las parejas los utilizan para hacerse daño mutuamente. Conocí algún caso, cuando era profesor, que te lastiman el alma…
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