Me gusta la juventud porque me recuerda mi juventud,
cuando crees saberlo todo,
y siempre tiras por la calle del medio, siempre.
Eres joven, fuerte, seguro, y hasta tienes un añadido de atractivo,
y se llama así... juventud.
Ahora, cuando los miro y me miro de reojo,
pienso que a lo mejor necesitarían un adulto,
para que les enseñase a saborear las partes nobles
de las esencias más significativas...
ya se sabe... las armas de confusión excesiva, los tesoros insinuantes,
y la belleza en desarmonía total con lo establecido.
Juventud, divino tesoro que te vas para no volver... juventud, tesoro eterno.
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