No creo que pasasen de catorce años...
Ella, una rubita como rojiza de adobo,
tripita fuera, pedrusco en ombligo
y aires de princesa desairada.
La otra, morena, toda recogida...
en un tejano entrado en calzador,
melena al viento, pinturas varias,
descaro total cinco…
Ellos, como salidos de la misma hornada,
hablan pausado, parecen...
el aplomo hecho mesura y convicción.
Ellas bajan el tono, escuchan,
se dejan convencer, parece, circulan,
se van, a buscar la vida, la suya…
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