Un bostezo de pre-noche, precoz, preludio de un sueño con sueños…
Me despierta una tos y me corta el vuelo delicia de la imaginación.
Me desbebo y me reengancho entre la miel de los mejores delirios.
Era el momento del sí de la niña, muchacha de silencios velados
y ojos limpios de dulzura inquieta, mirada penetrante, expansión de caricia.
La noche se acaba, sin remedio, cuando la cosa aun iba a mejor…
Lástima que los vuelos de lujo son caprichosos en sus andares por las nubes y las lunas.
Nunca pone, continuará, por suerte, cuando caes al pozo i no llegas abajo.
Si pudiese elegir, como siempre, me quedaba en el principio bello,
en la insinuación, en la reacción suave y acompasada de los sentidos…
Aquello tantas veces comentado de que la esperanza es una vivencia,
un anticipo de la realidad que anhelas.
Los sueños, sueños son, dijo el poeta, pero también dijo que toda la vida es sueño.
Yo sólo digo que son imprevisibles, que no distinguen,
que posiblemente tienen un origen, una razón, quizá…
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