dilluns, 24 de març del 2014

Poderes temporales...


Algo debe tener el agua buena que bendicen y la transmiten.
Y qué me cuentan de la sal, que da mil gustos y sabores,
sonrisas a lo insulso, lo desaborido, insípido.
Y qué me cuentan del aceite de oliva que todo lo coordina en saludable,
le da sabor a lo meloso, vida a la verdura, consistencia y calidad a los guisos,
cordura al placer de los sentidos.
Y si hablamos de los vinos tintos, aunque sean blancos, compañeros..
que elevan las comidas generosas a los altares de la excelencia.
Comentemos, también, el café corto como broche de oro de la buena mesa,
como expectante de una plática placentera, como compañero de una cita furtiva,
de un encuentro apasionado del deseo… nos tomamos un café y hablamos…
Mención a los mariscos y a las carnes, caza y pesca, Delta total… del Ebro.
Les suena el vermut, aperitivo delicia, con tapa marinera, mediterránea,
por poner un ejemplo ejemplar.
Y no me resisto al final feliz… no piensen en eso, que también,
hablo de un postre de músico y un vino dulce.
Son placeres de la vida, con mesura…poderes temporales de la existencia bendita…

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