He hecho un par de solitarios con la baraja catalana, y he ganado, a la tableta, una partida de ajedrez, nivel siete, y ahora estoy que me salgo, con mis lindezas intelectuales y azarosas… Ya se sabe, uno que es afortunado en el juego, es desgraciado en amores, pero no es el caso, yo tengo una Teresa y un Pere y amigos, y me siento querido, y también quiero todo lo que puedo, y a veces mucho más…
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