Peripateo mi discurso,
habla el alma enamorada
en un silencio de bosque,
donde no canta el ruiseñor
que anida en tu voz.
Lo bordo, pareces presente,
preciosa, consciente,
consientes que te mojen mis suspiros
que, cual surtidores
de verdades interiores,
te lanzan con tino,
todos mis dardos sin veneno.
Mañana, te busco y te cuento, seguro.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada