Allá, colgada de un barranco profundo,
propio para el eco de vuelta rápida,
nace una flor, la más bella que imaginar puedan.
Ella aromatiza los silencios que le pasan cerca
en su vuelo por la imaginación en reflexión.
No se ve fin a la profundidad,
y la caída en despropósito...
encuentra todos los departamentos,
donde la oscuridad envilece los miedos
y los destinos marcados.
Siempre hay una flor en el acantilado,
una luz después del túnel,
una luciérnaga en la noche,
un atisbo de esperanza sana,
en todo amanecer con turbulencias negras…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada