El viejo maestro rural se desplazaba en bicicleta para dar sus clases. Tenía varios hijos y trabajaba muchas horas para atender sus necesidades... su horario habitual en la escuela pública, las llamadas permanencias y clases particulares, y hasta llevaba la contabilidad de alguna empresa importante. Recuerdo su presencia siempre impecable, su sonrisa, su educación exquisita, quizá una mueca de cansancio, pero al llegar a casa volvía a nacer, revivía y regaba su alma de paz...
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