Mi hijo está haciendo un viajecito por Hanoi y alrededores... Dios me lo guarde, y nos ha dejado a su perrita Lucca, que es todo un encanto y se ha adaptado perfectamente a la vida urbana. Es un amor de animalito, dulce, cariñosa, y no da ningún tipo de quebradero de cabeza. La bajo a pasear por el río y la suelto, y corre como locuela, y luego subimos y se duerme a mis pies mientras escribo... y, a cualquier gesto que haga, se dispara y se deshace en afectos amorosos y juguetones deliciosos…
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