Del viento y cansada
de tanto despropósito,
se desprendió una brisa,
y se buscó un amanecer,
de aquellos esperados,
para ejercer de caricia,
como complemento
del mágico despertador.
Cuánta gente, a veces,
se desduda, se desnuda,
se lava de heridas y recuerdos,
y busca ser caricia
de un buen y genial...
amanecer, dorado, infinito.
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