dimecres, 7 de setembre del 2016

Mentirosos

El mentiroso va al gimnasio de la poca vergüenza, de la sinrazón, y llega un momento en el que parece creerse sus propias mentiras. Y lo ves dubitativo y con problemas para sacar adelante sus monólogos interminables de contradicciones, con pretensión de esconder la verdad… He visto mentirosos compulsivos ejecutando, magistral y con todo teatro y convencimiento, la venda hipócrita de su realidad. Al final, acaban cojeando y cogidos fácil...

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