dijous, 29 de setembre del 2016

Su majestad no cojea, escoge

Cuando a la lujuria...
se le funden los plomos,
a mi se me encienden las velas
que dejan ver la naturalidad
del despertar de los instintos.
Pronto, hoy, ayer...
una rosa florece,
un jardín se magnifica,
un campo se llena de belleza,
y las amapolas ya no están solas,
y entre el clavel y rosa...
su majestad ya no cojea,
sólo escoge, dicen, cuentan…

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