Siempre recuerdo con fragilidad en los disimulos,
cuando algo o alguien me penetra, me invade por completo,
como aquel riego que va de bajada y viento a favor,
y se cuela por todos los poros, por pequeños que sean.
Se me nota... y yo ya no intento poner paños calientes,
o mirar a otra parte, porque me pongo rojo...
y me tiembla la rodilla y se me acelera el suspiro.
No soy actor de falsedades, soy yo, tal cual,
con pretensión de auténtico…
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