dissabte, 10 de setembre del 2016

Controlaba, controlo...

Me tomé la espuela, aquella que cacarean todos tus “compis”,
pero, en mi caso, nunca me puso al borde del derribo…
Épocas de cubata, de finos andaluces, o incluso ahora,
de Prioratos, vinos tintos, más allá de los de siempre,
pero nunca me pasé de divertido, tampoco de mareado,
sabía que, a partir de un determinado momento, me sentaría mal
y dejaba al instante los preciados néctares divinos,
a los que algunos llaman vinos... porque vinieron del cielo.

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