En los tiempos de mi abuela, la moda era estar blanca como una leche, era señal de bienestar y regalo, de que la muñeca no iba por el campo ni por el sol. Ahora, la moda es estar bronceado, aunque sea a base de rayos uva y tal. Color a parte, también ha variado la valoración del aspecto... la cosa va entre las carnes bien puestas y los huesos en exposición explícita. Ni tanto, ni tan poco, en color y aspecto, un justo medio razonable, estaría bien y sería más convincente...
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