Las barcas del Serrallo anuncian su llegada, son sonidos de alegría. Son las cuatro de la tarde, y a alguna madre y a alguna esposa, siempre pendientes del mar, el corazón les dará un vuelco, y latirán con música pareja de bienvenida. El puerto aumenta su bullicio, se oyen ruidos de carretillas y gritos de pescadores... los pescadores siempre gritan, parece que hablan desde el mar, y ríen, siempre llevan el contento del regreso, con la sudada pesca del sustento. Me gusta ver llegar las barcas, y las alegrías, al menos aparentes, por cuanto acontece…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada