Me gusta pasear por el sendero de madera, que hay delante del jardín vertical. En un extremo, paradas, cuatro personas hablan, más bien una, las otras asienten. Prosigo… doy la vuelta, y la susodicha, continua declamando, adoctrinando casi… Y yo recuerdo cuando les hablaba a mis alumnos de las mariquitas, que son carnívoras, o de cómo desencajaban sus mandíbulas las serpientes, que parecía imposible. Me encanta la gente que habla en propiedad y conocimientos, y también la que sabe escuchar con dignidad y buena predisposición para aprender...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada