dimecres, 30 de març del 2016

Hablar, escuchar, pasear...

Me gusta pasear por el sendero de madera, que hay delante del jardín vertical. En un extremo, paradas, cuatro personas hablan, más bien una, las otras asienten. Prosigo… doy la vuelta, y la susodicha, continua declamando, adoctrinando casi… Y yo recuerdo cuando les hablaba a mis alumnos de las mariquitas, que son carnívoras, o de cómo desencajaban sus mandíbulas las serpientes, que parecía imposible. Me encanta la gente que habla en propiedad y conocimientos, y también la que sabe escuchar con dignidad y buena predisposición para aprender...

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada