Cae la tarde y la nieve blanquea...
los oscuros incipientes.
Llueven fríos en copos blancos
y la gente llena sus semblantes de ternura,
instalan su feliz sonrisa
y salen a la calle con los niños,
y cual niños, se comportan,
jugando a muñecos...
y guerras de bolas heladas.
Desde mi ventana favorita,
en una supuesta casa en la montaña,
contemplo una niebla...
que fructifica en pétalos blancos congelados,
que pasan blanqueando hasta los cóndores,
que, como todo el mundo sabe, también pasan…
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