De padres divorciados, y regalado por ambas partes para ganarse su cariño, deambulaba por la facultad a la que se había matriculado porque estaba cerca de la playa. Tenía cara de vicio y capricho, y hablaba como si siempre estuviera subido en una silla. Ella, una “barbie” sofisticada, iba al último... más lamento que grito, para llamar la atención, el objetivo... buscar un buen partido. Evidentemente se encontraron y se fueron a clase, como si nada, después… no sé, pero dio la impresión que prometían, tanto que con frecuencia no se les veía sólo en la acogedora playa, daban señales de vida, de otra vida, sin clases ni profesores…
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