Qué fácil es querer y dejar que, a quien quieres, te quiera.
Y yo la dejo y le facilito sus propósitos, y la veo feliz,
y yo... cómplice de su felicidad, que es la mía.
Qué pronto te acostumbras a los beneplácitos de los hados
y a las sonrisas de los dioses bondadosos.
Qué bueno querer y que te quieran,
y facilitar caminos para que todo llegue a buen puerto...
...y se instale eterno.
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