A la humillación siempre le asoman
unas lágrimas de dignidad
y un atisbo de orgullo, para desandar...
por las profundidades del abismo,
donde habita el norte del mal,
más allá del desprecio
...que es la indiferencia.
Dignidad, orgullo, acción,
reacción, bonitas palabras,
como lo son la prudencia,
la comprensión, el respeto,
la verdad, los sentimientos,
la razón y sinrazón del amor.
Siempre hay un más allá del horizonte...
y en el mundo, dicen,
acaba en otro mundo, que no acaba.
Y siempre hay una esperanza
que aún no ha muerto...
y una primavera que llega rauda.
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