Tu cara siempre afable,
tu actitud pacífica,
generosa, regalada…
Tu sonrisa limpia,
cómplice, casi de abuelo,
hacía de ti...
un símbolo de bondad,
un refugio seguro,
cobijo de todas...
las inseguridades infantiles.
Tu recuerdo padre,
tiene un aroma beatífico,
que proclama ternura,
y la esparces...
cual rocíos perfumados
del amanecer.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada