De joven, cuando eres el intrépido e imparable matasiete, te parece ridículo ver a algún conocido con un ramo de flores, rosas para ser exacto, y le ves la cara de cordero degollado, y un poco ido, sumiso a otra voluntad… Pero, a todos nos llega el momento, amigos, y hacemos lo que haga falta, ya sean expresiones floridas, versos musicados, y hasta globos de colores que al soltarlos, se instalan expectantes en el techo. De ridículo nada, ¿hay mejor binomio que una flor y una mujer? ¿verdad que no? La mujer siempre es una rosa…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada