A veces agradeces una voz amiga, una mano en el hombro, un silencio cerca, un saber que a tu lado está aquella persona que siempre está aquí y tú lo sabes muy bien… Aquel amigo que sabe escucharte, incluso decirte aquello que no quieres oír pero es lo que terminarás haciendo porque es lo mejor para ti… Aquellas personas, no muchas, que siempre están, no solo para reír, también llorar contigo, abrazar, razonar con toda confianza...
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