A veces reparo, recuerdo, que yo nunca le he dicho a nadie, con palabras… te quiero. Recuerdo una caricia hecha con el alma, un beso de los que hablan desde lo más profundo del corazón… No, no tuve el feliz recurso, totalmente sincero, de decir te quiero, pero mi abrazo era firme y era de esos que abraza de verdad, mis manos cogían las manos del amor con amor, con mucho amor. Pero, me entristece, un te quiero, te libera, te confirma, certifica todos los ciertos del alma…
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