Y si te cuento y no callo...
y un supongamos que me escuchas,
y hacemos que, por primera vez en esta casa,
varía la persona que siempre tiene la razón.
Y si me cuentas tus largos profundos,
y yo me presencio fundido en aromas de ambiente,
y nos llenamos de miedos que fueron vagando y muriendo.
Y si callamos y dejamos que hablen los ojos,
y la razón nos llene de razones...
para no tener obsesión por tenerla.
Lo siento, quizá me he hecho un nudo, o no, diría…
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