Se encuentran dos suspiros,
fugados de una supuesta indiferencia,
y a uno se le escapa un qué dirán,
...que no una sonrisa,
y al otro un supuesto de ofendido,
y ambos miran a otro lado,
como si no fuera con ellos
el invento de la ebullición...
de los corazones de los que se escapan,
incapaces de contenerse.
Los suspiros se licuan como el vapor
y se hacen agua y sentimiento,
más allá de los supuestos,
y acercando voluntades y destinos…
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