Se les ve en alguna terraza,
en alguna playa, en bicicleta,
por la montaña, remando,
o mojando sus pies
en los ríos con piedras,
con la hamaca cerca...
y la cervecita a punto.
Son maestros, maestros sin niños,
o como máximo los suyos,
y se encuentran felices
por los refrigerios habituales de ciudad,
o por otros lares de montaña,
bosque o piscina…
Y cuando se encuentran...
se sonríen, se abrazan,
y siempre acaban hablando
de sus escuelas y de sus alumnos…
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