Se sentaba en aquel banco
porque estaban cerca los rosales
y a la derecha los romeros tiernos
y los tomillos con ganas de flor.
Incluso a destiempo,
allá por los otoños con nariz en el invierno,
el se acercaba y olía...
los aromas familiares de su vida.
Luego se levantaba y se iba tranquilo...
a su casa, y le contaba a su señora:
Hoy el campo huele a ti,
y ella sonreía feliz de contento y amor…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada