Cuando tu llamas...
el teléfono suena a fiesta,
y me dibujo sonrisas por todo el cuerpo.
Después, cuando te veo y te oigo,
el timbre de tu voz me penetra
por los encorsetados pasillos interiores,
y pone a mi alcance un alado y musical
movimiento de hojas por donde revolotean
mariposas a millares y millones.
¿Qué será que me provocas, me produces,
un éxtasis en el placer de los excesos,
que pululan siempre consentidos...
y alegremente aceptados?
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada