El restaurante n°1 es el Biarritz, pero nosotros comimos en el n°8, el Tizón, y la verdad quedé impresionado. Pedimos unas tostadas con jamón ibérico y unas costillas de cordero del Pirineo, con patatas, y la imagen ha sido para guardar en el jardín de mis delicias, sobretodo las costillas, ocho por cabeza, servidas en piedra negra, para mantener temperatura, y con un gran plato a parte, repleto de una muy lograda guarnición de patatas con pimiento verde y bacon, y una ensalada muy concentrada, como para hacerse perdonar los excesos. Exquisito, hacía tiempo que no comía una carne tan buena, tierna y sabrosa, además de estar hecha a mi gusto, un poco más hecha de lo que generalmente entienden como al punto. El vino, un Somontano, típico de estas tierras, de 13’5°, estaba bastante bien, no a la altura de los nuestros, pero muy digno para acompañar tan ricas viandas. Si van a Jaca, recuerden, no lo olviden, Restaurante Tizón, muy buen jamón, espectacular carne, buen trato, con alguna cortesía de bienvenida y también de despedida…
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